Después de estar varios días sin moverme de este sofá, pasando miedo, angustia y sobretodo hambre, apareció por fin la ultima sensación que me libraría de toda esta locura. No se si era la presión o el instinto de supervivencia pero aquello me hizo levantarme de aquel sofá, coger dinero, y las llaves de casa. Me iba de allí para averiguar y si puedo, recordar, que es el mundo. Si puedo me compro un poco de helado de chocolate... que ya se echa de menos...
Lo primero que me encontré al salir de mi casa era mi barrio, bastante espacioso, con pocas casas, poco ruido, casi a las afueras de la ciudad. Un barrio bastante modesto en realidad, con los servicios mínimos que nos pudimos permitir: Servicio de limpieza privado, servicio de vigilancia privado, jardinero común, un paseador de perros, etc. O eso me entero por las cartas de la comunidad, confió en que el servicio de vigilancia este operativo realmente, que para algo lo pago.
Después de contemplar mi barrio, pude observar que no había casi ninguna persona humana por aquel lugar. Me sorprendió ya que eran las 11 de un lunes por la mañana. Aunque me sorprendió ver a una mujer por aquella zona tan despoblada, estaba bastante vieja la verdad.
No pude evitar acercarme y examinar de cerca su particular y extraña piel. Es como su hubiera estado en agua durante mucho tiempo y se le hubiese quedado la piel arrugada. Era bastante emocionante observarlo de cerca. Aun por mi admiración, ella puso bastantes pegas a mi actitud. Luego descubrí que era la presidenta de nuestro barrio, quien me estuvo enviando las cartas de la comunidad. Le extrañaba que le pudiera responder todas sus cartas y que no asistiese a ninguna reunión de las organizadas.
Decidí animar mis ansias de conseguir mi helado de chocolate.
Supuse que el mundo real se comportaría igual que un foro, solo que algo mas espontaneo, yo preguntaría y el que pudiera respondería con alguna respuesta valida o no. A si que me decidi preguntarle a esta mujer como podría aliviar mi deseo, ella irremediablemente me invito a su casa a dejarme un poco del suyo.
La ida a su casa fue algo interminable, molesto, incomodo y desagradable. Aquel ser no paraba de hacer todo tipo de comentarios con ese tono de voz tan chirriante y agudo.
No recuerdo como era la comunicación entre personas, pero espero que esto no se le pueda atribuir la definición de comunicación a esto tan desagradable. Tengo las esperanzas de que la comunicacion entre personas sea tan maravillosa como dicen (También suelen decir que es necesaria, no llego a comprender eso.)
Ya en su casa, lo primero que me llamo la atención fue aquella rara afición por colgar imágenes de personas sonrientes y arregladas. Desde un primer momento no lo entendí bien del todo, imagine que seria coleccionista de ese tipo de imagenes. Aunque aquello llego a un extremo de parecerme una colección algo enfermiza. Tanto, que empece a pensar que ella estaría algo loca...
Intente salir de allí lo antes posible, deje que ella siguiera hablando y me diera mi helado. Luego salí corriendo de allí, no lo soportaba.
No entiendo como es posible que un ser humano pudiera hablar tanto y tan despacio, y que estuviera todo el rato mirándome fijamente mientras hacia todo ese ruido... Tampoco entendí como puede gustarle a alguien coleccionar esas imágenes tan feas y luego tenerlas por toda la casa. Menos mal que yo no tengo ninguna imagen de esas.
Luego, estando ya en mi casa, encontré los elementos de la comunicación oral, definitivamente, creo que no me da muy bien esto.
1 comentarios:
wuau, este capitulo mola!
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